Data Encryption Standard
(Data Encryption Standard), estándar de cifrado de datos) es un
algoritmo desarrollado originalmente por IBM a requerimiento del NBS
(National Bureau of Standards, Oficina Nacional de Estandarización, en la
actualidad denominado NIST, National Institute of Standards and
Technology, Instituto Nacional de Estandarización y Tecnología) de
EE.UU. y posteriormente modificado y adoptado por el gobierno de EE.UU.
en 1977 como estándar de cifrado de todas las informaciones sensibles no
clasificadas. Posteriormente, en 1980, el NIST estandarizó los diferentes
modos de operación del algoritmo. Es el más estudiado y utilizado de los
algoritmos de clave simétrica.
El nombre original del algoritmo, tal como lo denominó IBM, era
Lucifer. Trabajaba sobre bloques de 128 bits, teniendo la clave igual
longitud. Se basaba en operaciones lógicas booleanas y podía ser
implementado fácilmente, tanto en software como en hardware.
Tras las modificaciones introducidas por el NBS, consistentes
básicamente en la reducción de la longitud de clave y de los bloques, DES
cifra bloques de 64 bits, mediante permutación y sustitución y usando una
clave de 64 bits, de los que 8 son de paridad (esto es, en realidad usa 56
bits), produciendo así 64 bits cifrados.
Cifrado César
El cifrado César es uno de los primeros métodos de cifrado conocidos históricamente. Julio César lo usó para enviar órdenes a sus generales en los campos de batalla. Consistía en escribir el mensaje con un alfabeto que estaba formado por las letras del alfabeto latino normal desplazadas tres posiciones a la derecha. Con nuestro alfabeto el sistema quedaría así:
Alfabeto en claro: | A B C D E F G H I J K L M N Ñ O P Q R S T U V W X Y Z |
Alfabeto cifrado: | D E F G H I J K L M N Ñ O P Q R S T U V W X Y Z A B
C |
Por ejemplo, si se quiere enviar el mensaje
ATACARALAMANECER
, lo
que se escribirá realmente es DWDFDUDÑDODPHFHU
El receptor del mensaje conocía la clave secreta de éste (es decir, que
estaba escrito con un alfabeto desplazado tres posiciones a la derecha),
y podía descifrarlo fácilmente haciendo el desplazamiento inverso con cada letra
del mensaje. Pero para el resto de la gente que pudiese accidentalmente llegar a
ver el mensaje, el texto carecía de ningún sentido.
Aparentemente es un cifrado muy débil y poco seguro, pero en la época de
Julio César no era de conocimiento general la idea de ocultar el significado de
un texto mediante cifrado. De hecho, que un mensaje estuviese por escrito ya era
un modo de asegurar la confidencialidad frente a la mayoría de la población
analfabeta de la época.
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